Por Daiana Gimenez
Navegar en internet permite sumergirnos en mundos que quizá nunca hubiéramos alcanzado a ver sin este fenómeno de la globalización. Hace sólo unos días esta transeúnte del ciberespacio descubrió un cortometraje verdaderamente genial. La luz verde le queda chica.
Cuando dos grandes se unen es muy difícil que el resultado sea malo, lo más probable es que sea excelente y esto es lo que sucede con Destino; cortometraje hecho nada más ni nada menos que por el surrealista Salvador Dalí junto a Walt Disney el animador que supo darle vida a los personajes de nuestras vidas.
En 1946 el genio de la animación le pidió a Dalí que se encargue de realizar unas imágenes para una especie de videoclip que formaría parte de un proyecto más grande compuesto de relatos breves. El pintor hizo lo propio pero el cortometraje nunca se terminó.
El proyecto no se llevo a cabo hasta el 2003, cuando Roy Disney decidió darle vida a este corto que combina el ballet, la pintura y la animación. Esta genialidad recrea la historia de Cromos, la encarnación del tiempo quién, a pesar de su deseo, es incapaz de sentir amor.
De fondo se escucha Destino, canción de Armando Domínguez, que da nombre a esta obra de arte, la cuál habla de la fuerza del amor.
Sin más palabras los dejó disfrutar de esta maravilla.