Transeúntes entrevista hoy a Gwen Joyaux, licenciada en Producción Multimedial y Comunicadora Audiovisual de la facultad de Bellas Artes de la UNLP, cuyo corto “Cenizas” se encuentra en pleno vuelo hacia el festival de Cannes para participar del Short Film Corner.
“Cenizas” fue rodada en el Parque Pereyra Iraola y se inspiró en la masacre de General Villegas del 8 de mayo de 1992. Sus protagonistas son Edgardo Desimone como el comisario que investiga el crimen, y Diego Cremonesi como el dueño de la estancia donde se encontraron cinco cadáveres y quien se perfila como principal sospechoso.
¿Qué significa para vos la presencia en el festival de Cannes? ¿Cómo llegas a tener un espacio en el Short Film Corner?
Es un hecho muy gratificante que creo que alegra y motiva a todo el equipo que participó de la producción. ¡Estar ahí ya es un premio! Llegar fue una sorpresa, porque el Departamento de Cortometrajes del INCAA envió el corto y yo lo encontré un día, de casualidad, en el catálogo on-line del Festival de Cannes mientras navegaba.
¿Qué balance harías del proyecto de “Cenizas”?
Aunque es un proyecto que lleva ya muchos años debido a los tiempos dilatados de producción y liberación de cuotas que maneja el instituto, el balance final es sin duda positivo porque representa un crecimiento y un entrenamiento en el circuito industrial. Es un proyecto que para mí resultó súper fragmentado en el tiempo, ya que lo escribí en el 2008, lo premiaron en el 2009, se filmó a finales de 2010, se terminó de ampliar a 35 mm a principios de este año y se va estrenar en Argentina a mediados de Junio. Para mi gusto es una barbaridad de tiempo para la finalización de un corto, pero convengamos que en general no me caracterizo por ser paciente. A lo largo de ese tiempo trabajé en otras 6 películas, realicé otros 3 cortometrajes de manera independiente y escribí otras tantas cosas.
Por momentos, me desligaba de “Cenizas” y mi contacto con el proyecto se tornaba esporádico y muy relacionado con asuntos burocráticos que había que ir cerrando para avanzar etapas (creo que esa es una de las partes que más padecimos del proyecto junto con Nadia Estebanez, la productora del cortometraje). Pero lo cierto es que el balance es sin duda positivo. Fue una experiencia de aprendizaje y de vinculamiento con el INCAA y la etapa de apreciar y disfrutar los resultados recién está comenzando, ya que con Cannes se inaugura la circulación por festivales y a partir de Junio se va a estrenar en el país. Así que esto sigue y se proyecta bien.
¿Cómo fue el rodaje? ¿Qué beneficios e inconvenientes tuvo filmar en La Plata?
Fue un rodaje complicado, pero todos lo son de un modo u otro, así que no es novedad. Filmar en el Parque Pereyra acarreó sus inconvenientes, principalmente de energía eléctrica. El clima nos jugó en contra también. En definitiva, pasaron unas cuantas cosas que hicieron que un rodaje que parecía que iba a salir de una, se retrasara un par de días. Pero se logró filmar y opino que eso es debido principalmente a un equipo talentoso que funcionó de maravilla, y al apoyo de Pedro Antonio Castrioti del equipo de guardaparques y la colaboración de las hermanas del Colegio María Teresa Pereyra.
¿Consideras que el producto pudo reflejar el espíritu del guión?
Sí, es de hecho una de las observaciones que hizo el equipo de coordinadores del INCAA: el cortometraje refleja el guión al pie de la letra.
¿Cuáles fueron las ideas que dieron pie a la historia?
Por un lado, una nota periodística que encontré navegando por Internet acerca de una marcha que hacían en el pueblo de General Villegas en conmemoración y reclamo por la masacre de 1992. Por otro, un espíritu piromaniático deseoso de filmar una escena en la que se incendiara un campo (risas).
¿Cómo llegas a participar del concurso organizado por el Incaa “Historias breves”? ¿Cuánto le debe Cenizas a ese premio?
Fue un arranque de locura productiva o una necesidad de escape creativo. Estaba transitando una etapa no del todo buena y trabajando como Diseñadora Multimedia hacia unos meses, era un trabajo que no me gratificaba para nada (pero que necesitaba mantener). Andaba a la caza de lo que me motivara y con muchas ganas de hacer algo que tuviera que ver con el cine. Entonces me llegó por mail el dato de que en una semana cerraba el plazo para presentar a Historias Breves, yo había escrito el guión hacía unos meses y lo tenía encajonado.
Por el sólo hecho de distraerme un poco del trabajo y de ver si cumplía con el desafío, me propuse en esa semana armar la carpeta de presentación al concurso, en el cual el guión era uno de los 12 ítems que solicitaban. O sea, me faltaba mucho por desarrollar y presentar el proyecto. Así que esa semana no hice nada en mi trabajo y me dediqué día y noche a completar la carpeta. Llegué a presentarla el día del cierre, 15 minutos antes de que cerraran la mesa de entradas del INCAA. Y además, conseguí que no me echaran del trabajo (aunque terminé renunciando no mucho tiempo después para trabajar en una productora).
Cuando a los meses me llegó la carta documento del INCAA avisándome que había ganado, primero me pegué un susto tremendo porque me había olvidado por completo ya que…armé la carpeta en una semana! ¿cómo iba a sospechar que estaría a la altura de ganar?,¡ y encima me lo avisan con carta documento! Creí me había metido en un lío tremendo y no sabía ni por qué, Cenizas se hizo enteramente gracias a la existencia de ese premio.