A cien años del inicio de la Primera Guerra Mundial, la Fundación Catedral de La Plata organizó una serie de siete recitales donde pudo escucharse música escrita en aquella época por compositores de algunos de los países que participaron del conflicto.
Nota e imágenes por Bárbara Dibene
“El 24 de diciembre de 1914 se organizó una tregua de Navidad durante una semana; se enterraron a los muertos, se intercambiaron fotos y se cantaron villancicos en todas las lenguas”, recordó Emiliano Tuchetta, miembro de la Fundación Catedral, organizadora del evento Música en tiempos de la Primera Guerra Mundial que rastreó las producciones musicales entre 1910 y 1920 que expresaban el dolor de la muerte y la esperanza de la paz en aquel tiempo.
Durante los siete encuentros del año, La Plata Cámara fue la encargada de ejecutar las casi cien obras recopiladas de compositores de Francia, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Austria, Hungría, Italia y Rusia. La Cámara, en funcionamiento desde 1990, está conformada por María Rosa Hourbeigt (soprano), Daniel Zuppa (tenor) y María Daguerre Ceriale (piano) y tiene gran experiencia en repertorios de música de cámara vocal de los siglos XVIII, XIX y XX.
El miércoles pasado fue la última presentación del trío en el Salón Auditorio San Francisco de Asís y se interpretaron obras de Rusia e Inglaterra. “Durante este ciclo escuchamos músicas de un período terrible, muchas expresaban dolor, algunas eran hermosas, emocionantes”, dijo María Rosa antes de agradecer a toda la comunidad por participar y comenzar con Canción de cuna de la madre Cosaca de Lermontoff A. Gretchaminoff, una nana cantada en medio de la batalla que pretende proteger al niño en su cuna.
Los encuentros tuvieron el objetivo no sólo de recuperar las creaciones artísticas del período, sino reflexionar en torno a las consecuencias terribles de la guerra, los miles de muertos, las pérdidas de identidades y las rupturas entre naciones, además de homenajear a los caídos y reafirmar la necesidad de la paz. Desde la organización aseguran: “Esa Gran Guerra reformuló varias de las fronteras que preexistían, fue como si el continente europeo se hubiera reconfigurado más allá de los pueblos que habitaban esas regiones y que cargaban con siglos de culturas, religiones, hábitos e idiomas propios”.