Entre Ríos, Santa Fe, Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y Córdoba suman más de 15 mil afectados por las inundaciones. Después de la lluvia y los desbordes de ríos, casas y campos quedaron anegados, y la gente se vio obligada a evacuar. ¿Por qué esto es cada vez más frecuente? ¿Qué tiene que ver con el Cambio Climático?
Por Bárbara Dibene
Fotos: Telam
En nuestro país, entre 1961 y 2010, se observaron aumentos significativos en las precipitaciones anuales del orden del 20% en la zona húmeda del país (más de 200 mm en las principales ciudades). Pero no sólo significa que haya más días de lluvia, sino que se vuelven más frecuentes las lluvias intensas, con gran cantidad de milímetros caídos. Ante esto, algunas localidades están mejor preparadas con medidas de escurrimiento, alerta temprana de lluvias e información a la comunidad; pero otras se encuentran más vulnerables, por ejemplo, porque ante las limitaciones económicas la población construye sus viviendas en zonas peligrosas.
¿Pero, por qué nos inundamos? Algunas causas son las mencionadas lluvias intensas, la crecida de un río, la falla de la estructura hidráulica, la incapacidad de absorción de los suelos y la pendiente del terreno. Es esperable que las inundaciones sucedan, porque son eventos que forman parte de la dinámica de los cursos de agua; aún más son esperables en las ciudades, donde todo depende de la capacidad de conducción del sistema pluvial urbano, o sea, ¿cómo está preparada una ciudad para “desagotarse”?
La otra parte del problema tiene que ver con el cambio climático que estamos viviendo intensamente desde hace varios años, que se define como “aquellas variaciones de clima que se pueden relacionar directa o indirectamente a las actividades humanas que modifican la composición de la atmósfera terrestre y se suman a la variabilidad natural del clima observada durante periodos de tiempo comparables”. La mayor responsable del cambio climático es la contaminación del aire, producida por cualquier “sustancia introducida a la atmósfera por las personas, que genera un efecto perjudicial sobre los seres vivos y el medio ambiente”. El dióxido de carbono -que surge de la combustión de combustibles fósiles- es el contaminante por excelencia y el que está aportando en gran medida al calentamiento del planeta.
¿Cómo todo esto afecta nuestra salud?
Si hablamos del cambio climático en general, estudios informan que el hombre estará expuesto a estrés térmico por aumento extremo de temperaturas, enfermedades diarreicas agudas (EDAs) e infecciones respiratorias agudas (IRAs). Yendo a la situación particular de inundación, el problema es que se incrementan los criaderos de vectores como los mosquitos, las garrapatas, los piojos, las pulgas y los roedores que pueden provocar dengue, fiebre recurrente, peste y fiebre por mordedura, respectivamente. El agua se contamina, a causa del arrastre de basura y animales, y aumenta el riesgo de contraer cólera.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los vectores son organismos vivos que pueden transmitir enfermedades infecciosas entre personas, o de animales a personas.
Por supuesto, un evento de estas características puede generar muertes por ahogamiento , y grandes implicaciones emocionales por la pérdida de viviendas.
Ante la situación las autoridades están trabajando en tareas de asistencia, pero será fundamental a futuro contar con más infraestructura e información de la comunidad sobre cómo reaccionar y poder transitar una inundación. Algunos consejos son no consumir agua de red hasta que la autoridad competente declare que es segura, procurar estar calzados y desenchufar artefactos eléctricos y si no es necesario no circular por las calles (aunque no lo veamos pueden haber ramas, cables, pozos).
Compromisos
En las contribuciones nacionales (INDC) presentadas a fin de año en París durante la Cumbre de Cambio Climático (COP21), Argentina se comprometió entre otras cosas a ampliar e intensificar las alertas tempranas de lluvia. Por su parte, las provincias también avanzan en buscar la forma de amainar las consecuencias de las lluvias intensas, como Santa Fe, que en el 2007 ha comenzado con un proceso de gestión local de riesgos que considera la importancia, por ejemplo, de la gestión de residuos sólidos y talleres para periodistas y docentes sobre cómo actuar ante una emergencia.
El pronóstico meteorológico para los próximos días no es alentador, pero esperemos que las autoridades logren hacerle frente a un problema que parece haber llegado para quedarse.
Se reciben harina, aceite, fideos y conservas. No se recibe agua ni ropa. Pueden acercarse desde el lunes 18 hasta el viernes 29 de abril en el hall de entrada de la Presidencia de la UNLP (calle 7 nro. 776, entre 47 y 48), de 9 a 14 horas.