Con acciones en Twitter, un documento colaborativo de registro y un libro con 25 relatos que pronto saldrá a la venta, cuatro mujeres argentinas buscan que los aportes y las historias de las científicas de nuestro país sean visibilizadas y reconocidas. Julieta Elffman, periodista y editora, y una de las integrantes del equipo, nos cuenta más sobre el proyecto de menos de un año que está dando que hablar.
Por Bárbara Dibene
De vez en cuando en redes sociales aparece el acertijo del padre, un hijo y una eminencia médica, lo cual siempre despierta un interesante intercambio y reflexión a partir de las respuestas. Para quienes no lo recuerdan, o no lo han visto y quieren intentar acertar, el enigma en cuestión es: “Un padre y un hijo viajan en coche. Tienen un accidente grave, el padre muere y al hijo se lo llevan al hospital porque necesita una compleja operación de emergencia. Llaman a una eminencia médica, pero cuando llega y ve al paciente, dice: “No puedo operarlo, es mi hijo”. ¿Cómo se explica esto?”. Ante el problema muchos dan vueltas y tardan en pensar en la respuesta obvia… la eminencia es mujer.
El hecho de que haya quienes no lleguen a resolver el planteo es solo un pequeño reflejo y consecuencia de la falta de representación de las mujeres científicas en los medios y el discurso público en general, y también de las dificultades de acceso de esas profesionales a puestos jerárquicos. Sobre estas cuestiones, y otras relacionadas, trabajan desde Científicas de Acá, proyecto que nació el año pasado con el objetivo de ser una acción directa para reconocer el trabajo científico de las mujeres de Argentina y Latinoamérica. Sus integrantes y propulsoras son Valeria Edelstein (química), Julieta Alcain (bióloga), Julieta Elffman (periodista y editora), y Carolina Hadad (especialista en Tecnología).
“Todas venimos de distintas áreas del conocimiento, pero nos encontramos en la Especialización de la Comunicación Pública de la Ciencia y la Tecnología de la UBA. Con Julieta A. y Carolina nos conocimos en la primera clase, que fue presencial, y la siguiente ya fue virtual por la pandemia, así que a partir de ahí no nos vimos más. Ellas empezaron a amasar un poco la idea de un proyecto conjunto, me la contaron y me sumé porque me encantó. Después se lo propusimos a Valeria, que era nuestra ídola en la temática mujeres y ciencia, y cuando dijo que sí fue una euforia total”, recuerda Julieta E. sobre el origen de Científicas de Acá, que tuvo que adaptarse a las posibilidades del aislamiento para poder funcionar. “Hacemos todo por Zoom. Nos encontramos una vez por semana y hablamos de un montón de cosas; también intercambiamos mails y mensajes por WhatsApp. Pero nunca estuvimos todas juntas en una habitación. Es un proyecto bien pandémico”.
En esas charlas una de las primeras cosas que acordaron fue la premisa de mostrar la diversidad de la ciencia y de las personas que hacen ciencia. Esto significa dar cuenta de la ciencia como proceso, como un hecho social situado (y atravesado) históricamente, y en equipo; y luchar por dejar atrás las representaciones del “científico genio, varón y con bata blanca y sus tubos de ensayo, trabajando solo en un laboratorio en la ciudad”. Por eso, la búsqueda es de visibilización de las mujeres que hacen e hicieron ciencia y tecnología en Argentina, y también de personas del colectivo trans, travesti y no binario.
“Cuando empezamos a investigar nos encontramos con historias increíbles de mujeres pioneras en diferentes disciplinas. Nos explotó la cabeza de cómo podía ser que no hayamos oído hablar antes de estas mujeres ¡Qué parte de la historia nos estamos perdiendo todos! Mujeres pioneras, con aportes súper grosos, luchadoras de sus derechos. También nos encontramos con muchas científicas actuales que no tienen lugar en los medios de comunicación porque al buscar ‘voces expertas’ se suele recurrir a la de varones”, relata Julieta E. sobre los primeros acercamientos al tema ya como equipo.
Algunos datos
El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, dio a conocer en febrero del año pasado un nuevo diagnóstico sobre la situación de las mujeres en el campo científico, y al igual que otros estudios, detectó que el problema no es que las mujeres no se dediquen a hacer ciencia, que de hecho lo hacen y prácticamente en medidas iguales que los hombres, sino que la tendencia es que a mayor nivel jerárquico de los puestos de trabajo, se observa mayor masculinización de la alta gerencia científica y tecnológica. Solo a modo de ejemplo, en los rectorados de Universidades nacionales de gestión pública y privada el 87 por ciento de los rectores eran hombres en 2019. Asimismo, es notable que a pesar de que las mujeres son mayoría, acceden en menor medida que los varones a las categorías más altas de la carrera de investigación. “Es algo que se llama “efecto tijeras”. También está el “techo de cristal”. Son metáforas para describir las dificultades de las mujeres en ciencia”. explica Julieta F. sobre estas situaciones donde las profesionales van quedando relegadas.
La problemática, como dijimos, también llega a los medios y los modos en que las mujeres científicas son representadas. En esa línea, desde Científicas de Acá señalan que muchas veces se habla de la mujer científica como una curiosidad y se hace alusión a su aspecto físico y temas personales tales como si está casada o tiene hijos, mientras que al hablar de un hombre son planteos que no se sugieren.
Otra puerta de visibilización sobre la que el equipo hace hincapié es Wikipedia, la gran enciclopedia digital y colaborativa. Según se ha relevado, de cada 10 biografías científicas argentinas, sólo 2 son de mujeres. Esto es de gran consideración si se tiene en cuenta que somos todos y todas quienes podemos editar y consultar en la plataforma, por lo que hay un recorte del que tenemos que hacernos responsables y dejar de reproducir.
Un libro, cientos de ideas
Científicas de Acá aún no cumple su primer año, pero tiene un empuje admirable y varias “patas” que hacen a su funcionamiento. Las redes sociales siguen siendo el fuerte del equipo, donde han encarado distintas propuestas como el #MartesdeCientíficas, propuesta en la que los y las usuarias pueden contar la historia de una mujer científica que se les asigne. De esta acción las sorprendió la participación de hasta instituciones para dar a conocer el propio trabajo de sus investigadoras, sumándose al hashtag en Twitter. También avanzan con una base de datos colaborativa y abierta de científicas argentinas que pretende ser insumo para los medios de comunicación y la organización de eventos. Y finalmente, son autoras de un libro que rescata las historias de 25 mujeres que hacen ciencia en distintas disciplinas y ámbitos.
El libro, al igual que todo el proyecto, tiene su espíritu colaborativo. Las historias fueron seleccionadas a partir de la base de datos y se sumaron al trabajo editorial Cristina Angelini en el diseño, y Aymará Mont, Luchi Fruli, Agustina Lemoine y Andrea Cingolani en las ilustraciones. Además, el equipo cuenta con un grupo de asesoras y asesores. El jueves 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, es la preventa; mientras que el 10 de abril, Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología, el lanzamiento oficial (para conseguir el tuyo click aquí).
“Estamos super contentas. Nos encanta hacer este laburo. Nos emociona lo que vamos descubriendo”, cierra Julieta E. en representación de un equipo que promete seguir trabajando para acercar la ciencia a la sociedad y conocer su diversidad y aporte fundamental a nuestra vida.