Ryoichi Kurokawa, un reconocido artista japonés, pionero en hacer dialogar el sonido y el mundo audiovisual para resignificar sentidos, llegó a Lima con una imponente muestra.
Por Bárbara Dibene
Fotos: Álvaro Vildoza
Cientos de pares de pies caminan y se cruzan en una atestada ciudad. El ruido del tránsito aumenta hasta volverse ensordecedor. Y todo sucede en tres enormes proyecciones de alta definición durante apenas 8 segundos.
Scentless (2008) es la obra más antigua de la nueva exposición de Ryochi Kurokawa, Desorden ordenado, que se presenta en el Espacio Fundación Telefónica de Lima, Perú.
“Las obras ilustran cómo, gracias a la tecnología, la mano humana es capaz de reconstruir y reinterpretar los materiales caóticos de la naturaleza”, se lee en el catálogo del artista que entregan al público ni bien ingresan a la sala.
La experiencia es luego la de recorrer su trabajo con los sentidos abiertos. Algunas instalaciones tienen sus propios cuartos, donde la oscuridad se rompe con proyecciones coloridas y danzantes. Otras comparten espacios, y tienen auriculares disponibles para descubrir una consonancia entre su propuesta musical y la de la imagen, a veces potente, a veces reflexiva.
Sobre el artista
Ryoichi Kurokawa tiene 37 años y se ha dedicado a las artes audiovisuales durante los últimos 15. Le interesa explorar la sinergia entre la tecnología y la naturaleza, cómo ambas pueden convivir en un sentido.
En el 2010 fue premiado con el Arts Electronica Golden Nica en la categoría de Música Digital y Arte Sonoro, lo que le permitió recorrer diferentes festivales en el mundo con sus obras.