El próximo 9 de mayo será el Gran Día Mundial de Observación de Aves, organizado por E-Bird, y Argentina no se quedará afuera. La coordinación local se prepara para una gran convocatoria.
Por Bárbara Dibene
Fotos: cedidas por el entrevistado
Cientos de personas están preparando sus binoculares, cámaras, libretas y guías de campo. Faltan apenas tres días para que todos compartan un desafío único: identificar y registrar la mayor cantidad de especies de aves en 24 horas.
La propuesta surge a partir de E-Bird, un proyecto lanzado en 2002 por el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell (Estados Unidos) y la organización sin fines de lucro National Audubon Society, dedicada a la conservación de la naturaleza. Juntos crearon una plataforma que permite llevar un registro personal de las aves observadas.
Hace más de 30 años que el Laboratorio realiza una salida anual con el objetivo de batir récords en observación de aves y, además, juntar fondos para solventar los proyectos que lleva adelante. Pero por primera vez han logrado coordinar el encuentro a nivel global.
En nuestro país, Aves Argentinas está a cargo de la promoción del evento y esperan que con él se pueda tener más información para trabajar en la conservación de las aves. La organización es una entidad civil sin fines de lucro que trabaja para “revalorizar el vínculo de las personas con su entorno natural, brindando un espacio para los amantes de la naturaleza y desarrollando proyectos y actividades de conservación, investigación, educación y difusión”.
Un hobby apasionado
La afición de la observación de aves se basa en reconocer a las diferentes especies por su plumaje o canto. Algunos deciden ir al campo y sólo anotar las que ven en ese día, otros siguen aumentando la lista de toda su vida, y otros se ponen metas. Los estilos son tan diferentes como las personas que lo practican.
“Por ejemplo cada uno tiene su trofeo. Hay quienes quieren ver muchas aves pequeñas y comunes, otros prefierenque sean más grandes y difíciles. Es común que una vez que la gente consigue un trofeo ya quiera otro, se le va corriendo. Hay igualmente algunas aves emblemáticas que todos quieren ver, como un águila arpía”, asegura Lucas Martí, biólogo especialista en ornitología.
Desde el 2004, Lucas se dedica al avistaje en forma profesional, pero encuentra también los momentos de que siga siendo una actividad de ocio: “Hay veces en que uno tiene ganas de ver muchos bichos, muchas aves; otras que tiene ganas de pasear un rato, ver los comportamientos. Mi primer acercamiento interesante a las aves fue por la parte estética. Me gustaron, me parecían lindas. Con el tiempo empecé a observar otras cosas, a pescar detalles…Disfrutás de la naturaleza y también le podés agregar la fotografía, y empezás a verlas con otros ojos. Hay muchos ángulos por donde entrarle”.
El trabajo de la preservación
Lucas es docente de ornitología en la tecnicatura de Gestión, Manejo y Conservación de Biodiversidad en la universidad CAECE. Como especialista en aves trabaja para una consultora platense que monitorea la biodiversidad en el área de la minera La Alumbrera, y como consultor externo –contratado por la Universidad Tecnológica Nacional- en los Yacimientos Carboníferos de Río Turbio. En ambos casos participa en conjunto con un grupo de especialistas encargados de definir una situación inicial y controlar los cambios que pudieran ocurrir en las diferentes poblaciones animales. Por otro lado, también tiene su propia consultora ambiental.
El biólogo vivió durante un año y medio en la Antártida haciendo trabajo de campo, como estudios de biología reproductiva, dieta y censo. Y también en otra faceta, dedicado al turismo. “La verdad que la experiencia es única, para mí es un lugar único. Yo he viajado mucho, pero no hay nada que se le parezca ni de cerca”.
La invitación queda abierta para todos aquellos que quieran participar, ya sea en forma personal o grupal, sólo hay que cargar todos los datos en la plataforma E-Bird antes del 12 de mayo.