Kaplum! Tres payasos quijotescos en busca de un destino

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“El desafío de un camino es que es sólo el inicio de otro”, esa es la filosofía de la obra teatral Kaplum! del director Santiago Culacciati. Durante el relato, tres payasos atraviesan un sin fin de situaciones fantásticas para llegar a un lugar que ni ellos mismos recuerdan, la marcha no se termina nunca.

 

Por Rosana Aguila

Tres soldados, tres antihéroes. Quizá perdieron a su batallón, quizá huyeron de la batalla. En Kaplum!  los encontramos unidos para lograr un objetivo común: llegar sanos y salvos a destino. Sin embargo, en el transcurso de la obra, descubrimos que lo más relevante para ellos será el camino que recorrerán juntos. Por momentos, ese lugar anhelado por el que tanto trajinan se desdibuja.

El director de la obra, Santiago Culacciati, cuenta que todo empezó con una idea general puesta en papel y trasladada luego a la acción: “Nos lanzamos al espacio a jugar y armar, tomando como lugar definitorio el ensayo. Lo que tenía en claro de antemano era un trío de payasos basado en una estructura clásica, y la temática de la obra, tres soldados en una continua búsqueda. Con todo esto empezamos a ensayar y tratar de recrear imágenes y situaciones. La obra es una continuidad de acción y reacción entre ellos y lo que les sucede. Para lograrlo tomamos situaciones que surgieron partir de los ensayos generando pequeñas secuencias para repetir y seguir eligiendo.”

En la obra, los gags se basan en el humor físico, la gestualidad exaltada y la utilización de un lenguaje propio y singular en el que pocas palabras suenan familiares. Las narices rojas se combinan con los trajes que sugieren uniformes, los cascos militares dejan el verde tradicional para dar paso al rojo y el azul. Provistos sólo de un mapa que puede cubrirlos por completo y de un puñado de objetos -alguno de los cuales puede cumplir más de una función- entre corridas, saltos y sucesivos ‘cuerpo a tierra’ que culminan en caídas estrepitosas, el público festeja las proezas de los protagonistas tanto como sus desventuras.

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“Centramos el trabajo en la comunicación, las acciones y la dinámica de los cuerpos. Para que la  acción -y con ella la emoción-  este siempre circulando y no se quede estancada en uno de los personajes.”

Los roles de los actores-clowns representan arquetipos de payasos clásicos: el Carablanca simboliza la autoridad, el mundo adulto; el Augusto al niño travieso, provocador, torpe; y el Contraaugusto lo sigue en su rol de amplificador de enredos. A medida que se desarrolla el relato estos roles se confunden y entrecruzan para enriquecer las situaciones.

“Elegimos trabajar el clown por su gran capacidad de juego, porque encuentra siempre conflictos y por su peculiar forma de ver y habitar lo que sucede. Es un lenguaje muy amplio y rico que puede hacer foco en las cosas mas ridículas y aprender de ellas sin darse cuenta”.

En el recorrido que transitan los personajes –el de la ficción y el de la puesta en escena-  descubrirán que, para llegar a buen puerto, lo verdaderamente valioso es la experiencia compartida y la forma en que arremeten una y otra vez ante los desafíos más absurdos, porque el fin de un camino no es mas que el comienzo de una nueva aventura.

Ficha Técnica

Actúan: Diego Leandro Bailén, Matías Streitenberger, Sebastián Loinaz

Dirección: Santiago Culacciati

Diseño Gráfico: Vanina Moreno

Vestuario: Aurelia Sciaccarrota Fotos: Carla Orbea

Dónde: Viejo Almacén El Obrero, 13 y 71, La Plata

Cuándo: Sábados de octubre a las 22 hs  

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