5 historias que nos dejó el Salón Argentino de Bodegas

El evento, que se realizó en La Plata durante agosto, convocó a más de 90 bodegas de las diferentes regiones vitivinícolas del país a compartir su producción con las cientos de personas que se acercaron a disfrutar de la feria de vinos más importante de la provincia de Buenos Aires. Transeúntes estuvo presente y destaca a cinco emprendedores del lugar.

 

Por Bárbara Dibene

Fotos: Álvaro Vildoza

Durante cuatro horas, y en dos intensas jornadas, el Salón Vonharv -ubicado en la ciudad de La Plata- se convirtió en la sede del evento Salón Argentino de Bodegas, una destacada feria de vinos donde más de 90 bodegas de todo el país tuvieron su espacio para mostrar lo mejor de su producción. Y a un ritmo suave pero sostenido, los visitantes degustaron las diferentes marcas, cosechas y variedades, mientras conocían detalles de las fincas y el enorme trabajo que hay detrás de cada emprendimiento.

La curadora

Mirna Leiva, la anfitriona

Mirna Leiva fue la sommelier anfitriona, es decir, la encargada de convocar a los distintos productores especialmente para el encuentro, organizar las charlas que paralelamente se fueron llevando adelante (sobre catas de vino y de puros, entre otras), estar atenta a que todo el cronograma se cumpla y asistir a las personas con dudas sobre cómo degustar un vino.

“Lo principal que buscamos es que la bodega respete el producto, desde el viñedo hasta el punto de venta. Que haya un cuidado”, explica la profesional responsable del evento que tuvo más de 2 mil personas participando. En esa línea, aclara que muchos tal vez no sabían de vinos o conocían poco, y por eso la selección se orientó a ese consumidor, aunque también se propusieron opciones más complejas.

En familia

Fernanda Martino, Sergio Montiel y Mirna Leiva

Fincas Don Martino tiene sus fincas en Agrelo, Luján de Cuyo, y en Barrancas, Maipú. Son más de 50 hectáreas en total en las que desde 2002 una familia entera trabaja para generar “buenos vinos y en pequeñas cantidades”. Así lo recuerda Fernanda Martino, dedicada a la empresa en el área de marketing, que agrega con orgullo cómo su padre y un amigo convirtieron un conjunto edilicio de 1901 en Bodega, Laboratorio, Casa, Galería de Vendimia, playa de Maniobras y circulación de transporte, en Luján de Cuyo, manteniendo la construcción pero actualizando la cuestión técnica.

Respecto a la historia del vino, toma la palabra Sergio Montiel, enólogo principal de la empresa: “Para crear un vino primero hay que pensar en un objetivo, en el estilo y en la calidad. Hay que trabajar con los videños, ver qué tecnología se requiere. En el caso de Martino, es un vino con buena presencia, con buen volumen en boca, y que dejó una marca con su primera cosecha”.

Montiel se dedica al mundo del vino hace más de 20 años y asegura: “Cuando ves el viñedo y la tierra te vas enamorando. Esto requiere mucha pasión porque es una pelea contra la naturaleza. Capaz la lluvia o el granizo te arruina algo en lo que estuviste trabajando durante meses”.

Una peculiar combinación

Cocoabit

Chocolate blanco, con leche y amargo se unen con pimientas, sal, especias y frutas, entre otras posibilidades, para maridar con vinos, espumantes y cervezas. Esa es la consigna de Cocoabit, un emprendimiento familiar que Tais Ambrosio comenzó en 2014 en el barrio porteño de Palermo. “Yo trabajaba lo que es bombonería y hacía muchas catas porque tengo amigos sommeliers. Entonces empecé a hacer pruebas por su sugerencia de crear una experiencia conjunta”, explica.

Actualmente, la marca ofrece su gran variedad de productos vía tienda online y en las ferias que visita a lo largo de toda la provincia. “Nuestro objetivo es abrirle la cabeza a la gente es cuanto a las combinaciones y la posibilidad de degustar”, agrega.

La organización

A fines del 2016 nació la Asociación Civil de Sommeliers de la provincia de Buenos Aires, que actualmente preside Guillermo Martino, con la intención de nuclear a los profesionales del área y darles contención, además de poner a su disposición diferentes charlas y actividades. Por ejemplo, participar en encuentros como esta feria, en la que entregaron cuadernos de cata para que todos los interesados puedan ir anotando sus sensaciones al probar los vinos.

Emir Heick es el tesorero de la organización y durante la noche se encargó de promover la Asociación que considera “permite unirnos, nos da representatividad y es de gran ayuda mutua. Está abierta a que todos participen”. En ese sentido, detalla que hay sommeliers que tras una formación integral se han especializado en vinos, café, cervezas, quesos y chocolates, entre otras variantes, por lo que es muy rico el intercambio.

Presencia cubana

Degustación de puros

Cristian Centurión fue parte de las charlas que se brindaron en un espacio dedicado a ofrecer herramientas de cata. En su caso, el se especializa en habanos, que son aquellos cigarros 100 por ciento cubanos. “El tabaco se usaba al inicio como anestésico o en cuestiones religiosas, luego se fue transformando hasta ser algo que se presenta como placentero”, relata en cuanto la historia del producto.

Según explica, en Cuba hay 27 marcas dedicadas a la producción de puros, siendo Cohiba la más conocida y tradicional. Y recuerda, nostálgico de sus años en aquel país, un mito en relación a la destacada producción que dice que las mujeres solían retorcer los habanos sobre sus muslos y por eso eran tan sabrosos y exclusivos en sus primeros tiempos.

 

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