Mus Trus: La fábrica de monstruos
Cuando éramos chicos todo parecía posible. Imaginábamos que podíamos volar, que las ciudades terminaban en una pared o que un monstruo con mucho pelo y ojos saltones nos observaba desde un rincón. Sí, éramos bastante creativos. Lo bueno es que cada tanto un adulto presta atención a un niño y suceden cosas maravillosas.
Por Bárbara Dibene